¿Cómo piensa un procrastinador? ¿Qué ocurre exactamente en su mente? ¿Por qué hay gente que pierde más el tiempo qué otra?
Es muy curioso en como a pesar de todas las consecuencias negativas que tiene procrastinar uno continua haciéndolo como si nada, como si no se hubiera aprendido de experiencias anteriores. En este contexto, es necesario analizar lo que ocurre y pasa por la mente de un procrastinador para entender desde la base que es lo pasa y claro, si esto tiene solución.
Dentro de la mente de un MAESTRO PROCRASTINADOR
En nuestro cerebro, coexisten dos partes: una que toma decisiones de manera lógica y racional (el timonel) y otra que busca gratificación inmediata, similar a un mono que solo busca diversión fácil. A menudo, preferimos seguir al mono ya que sus propuestas son sencillas y entretenidas. En lugar de avanzar gradualmente en nuestras responsabilidades, nos distraemos en actividades como Tik Tok o juegos. La única manera de motivarnos para trabajar es cuando sentimos pánico por una fecha de entrega cercana. En ese momento, entra en acción el «Monstruo del Pánico» y finalmente nos ponemos a trabajar. Aunque puede parecer contraproducente, esta dinámica funciona para cumplir con nuestras tareas. ¿Quiere decir esto que los procrastinadores no cumplen?
La respuesta a esta pregunta recae en la acción y el papel que tiene el «Monstruo del Pánico» ya que es este el que de alguna manera alerta y avisa de que ya es hora de ponerse las pilas. Por tanto, se podría decir, que de alguna forma este personaje tiene suficiente poder como para conseguir que se cumplan los plazos y fechas de entrega y conseguir espantar al «mono». Por eso, en este contexto, se dice que los procrastinadores sí que funcionan con deadlines y metas. De hecho, se podría considerar como una de las mejores estrategias: ponerse deadlines claros y objetivos calendarizados.
TIPOS DE PROCRASTINACIÓN
En general podemos encontrar 2 grandes tipos de procrastinación:
- Cuando hay plazos: los efectos de la dilación están contenidos en un corto período de tiempo. Interviene nuestro Monstruo del Pánico que nos pone las pilas inmediatamente.
- Cuando no hay plazos: por ejemplo cambiar de carrera o trabajo, encarar un emprendimiento, hacer ejercicio, empezar una relación o dejarla… son situaciones en las que no hay plazo y entonces los efectos de la dilación se pueden extender indefinidamente. Estos pueden ser la fuente de enormes momentos de infelicidad a largo plazo. La frustración no aparece por no poder alcanzar nuestros sueños o aspiraciones sino por no poder ni siquiera empezar a perseguirlos.
La clave, entonces, parece estar en el establecimiento de deadlines y metas claras. La presión de un plazo próximo es lo que despierta al «Monstruo del Pánico» y vence la resistencia del mono hedonista. Así, la procrastinación se convierte en una herramienta paradójica: si bien puede demorar la acción, también puede desencadenar un esfuerzo concentrado y efectivo cuando se necesita.
PROCRASTINAR Y HÁBITOS DE ESTUDIO
La procrastinación y los hábitos de estudio están íntimamente relacionados. Los procrastinadores a menudo eluden el estudio efectivo, postergando el trabajo académico esencial. Superar esta tendencia implica comprender las raíces del problema y adoptar estrategias, como establecer plazos realistas, dividir tareas en pasos más pequeños y cultivar la autorregulación. En última instancia, cambiar el enfoque de la gratificación instantánea hacia la recompensa a largo plazo puede transformar la experiencia del estudio y mejorar la productividad general.
Algunas soluciones y recomendaciones son:
1. La Evitación del Trabajo Difícil: La procrastinación en los hábitos de estudio a menudo se manifiesta como una evitación del trabajo más desafiante. Los procrastinadores pueden buscar activamente distracciones para eludir tareas que requieren concentración y esfuerzo intelectual. La dificultad inherente al estudio puede desencadenar la preferencia por actividades más inmediatas y placenteras, perpetuando así el ciclo de procrastinación.
2. La Importancia de los Deadlines en el Estudio: En el ámbito académico, los plazos establecidos por profesores y fechas de exámenes pueden jugar un papel crucial en la vida de un procrastinador. La inminencia de una fecha límite actúa como el «Monstruo del Pánico», impulsando al estudiante a enfocarse intensamente en el material de estudio. Sin embargo, este enfoque puede llevar a un estrés innecesario y a la subutilización del tiempo disponible para una preparación más efectiva.
3. Estrategias para Superar la Procrastinación en el Estudio:
- Establecer Objetivos Claros y Realistas: Dividir las tareas en metas más pequeñas y alcanzables puede hacer que el estudio parezca menos abrumador, incentivando un enfoque gradual y menos propenso a la procrastinación.
- Crear un Entorno Propicio para el Estudio: Minimizar las distracciones y crear un espacio dedicado al estudio puede ser crucial para mantener el enfoque. Apagar notificaciones de dispositivos electrónicos y establecer límites de tiempo para actividades recreativas pueden ayudar a mejorar la concentración.
- Practicar la Autorregulación: Desarrollar habilidades de autorregulación implica aprender a resistir la tentación de la gratificación instantánea y priorizar las metas a largo plazo. Establecer rutinas de estudio regulares contribuye a la formación de hábitos más efectivos.
4. Transformar la Perspectiva sobre el Estudio: Cambiar la mentalidad de ver el estudio como una tarea tediosa a considerarlo como una oportunidad para el crecimiento personal y académico puede motivar a los procrastinadores a comprometerse más activamente con el material.
En última instancia, superar la procrastinación en los hábitos de estudio implica un enfoque multifacético que aborde tanto los aspectos emocionales como los prácticos del proceso de aprendizaje. Integrar estrategias efectivas y desarrollar una mentalidad proactiva puede marcar la diferencia en la calidad del estudio y, en última instancia, en el éxito académico.